lunes, 8 de diciembre de 2014

Capítulo 1.


- Bébete la leche - ordené.
- Tengo prisa. Te veo esta...
- ¡Ian, siéntate y bébete la puta leche! - grité, acabando con mi paciencia.
Ian levantó las manos en señal de rendición. Se sentó y se bebió el vaso de leche de un trago. Luego se levantó de un salto, me dio un beso en la mejilla y salió rápidamente de casa. Suspiré.
Parecía mentira que tuviera 16 años. Tenía la mentalidad de un crío de 10.
Después de recoger un poco la cocina subí a mi habitación, me cepillé el pelo y me maquillé levemente.
Supuse que Dafne ya estaría fuera, esperando para ver cuando me daba la gana bajar.
Recogí el resto de mis cosas y salí de casa para dirigirme al Jeep que había aparcado justo en la puerta.
- Buenos días - dije alegremente. Ella hizo una mueca y me miro.
- Siempre te superas eh. Cinco minutos más tarde que ayer - se quejó, refiriéndose al tiempo que tardaba en estar lista. Sonreí.
En la radio sonaba Lovers On The Sun de David Guetta, y ambas la cantamos por lo bajo hasta que llegamos al instituto.
- Vivian - me llamó Axel cuando bajé del Jeep. Me giré para mirarlo. Más bien para comértelo con la mirada.
Sonreí ante mi pensamientos y rodé los ojos cuando Axel se acercó a mi y adoptó su postura de mojabragas.
Te va a hacer falta algo más que una pose.
- Dime - dije, ya que no había hablado aún.
- Tengo entendido que has roto con el chico ese, ¿Malcom? - dijo acercándose peligrosamente a mi.
- Mike - le corregí, hastiada.
- Si, ese - susurró -. Entonces estás libre. ¿Qué te parece si algún día de estos vemos una película en mi casa?
Se apoyó en el pilar que estaba junto a mi, lo que hizo que estuviera aún más cerca de mi rostro.
Sonreí ironicamente. Axel Herbet. No era el capitán del equipo del instituto, ni el más popular. Bueno, todo el mundo lo conocía, si, pero no tenía una buena reputación. ¿Estás diciendo que tú la tienes? Era el típico chico malo que las llevaba a todas de calle.
Por mi suerte -o su desgracia- yo ya tenía bastante experiencia con esa clase de tíos, y no iba a caer en la trampa.
- Herbet, no creo que tu visión de “ver una película" sea la misma que la mía - dije.
- Eso lo podemos solucionar - susurró en mi oído. Luego rozó sus labios por mi mandíbula. Lo aparté de un empujón.
Buen intento.
- He oído que a Lexie le has roto el corazón - hice un gesto de llanto -. Lástima.
Dicho esto me fui, justo a tiempo de pillar a mis amigos, que estaban entrando.
- ¿Qué quería Axel? - me preguntó Deborah. Sonreí y negué con la cabeza, señalando que no era nada. Asintió.
Preferí no contarle nada sobre ese incidente. Llevaba detrás de Axel desde secundaria. Y, a pesar de que yo le suelo advertir que es un capullo, ella siempre sonríe como una estúpida cuando cree que la mira. Pobre.
Sonó el timbre, y cada uno nos dirigimos a nuestras respectivas clases.
No duré ni diez minutos en clase de Geografia antes de que el profesor Wester me tirara fuera del aula. Perfecto.
Me senté en las gradas del campo de fútbol y encendí un cigarrillo.
Le di una larga calada y fui expulsando el humo léntamente.
- ¿Nunca te han dicho que está prohibido fumar en el instituto? - me dijo una voz. Me giré, dispuesta a enfrentarme a cualquiera. Era un chico, alto, moreno y con barba. Lo había visto antes por los pasillos de clase. Había repetido dos veces, y creo recordar que era italiano. Pero no me acordaba de su nombre.
- ¿Nunca te han dicho que no tienes que meterte en asuntos ajenos? - dije cortante. El chico sonrió.
Cerebro, piensa en nombres italianos. Seguro que su nombre es italiano.
- Guideon - dijo como si me hubiera leído la mente. O puede que en vez de hablar con mi subconsciente hubiera hablado en voz alta.
- ¿Qué? - dije distraída. Eres estúpuda. Él se rió.
- Guideon Rialto - repitió. Era su nombre. Sonreí levemente -. Y tu eres Vivian Moore, si no me equivoco.
- No te equivocas - volví a darle otra calada a mi cigarillo. No me interesaba hablar con él. No quería que nadie me molestara en mis momentos de refrexión.
- Voy con tu hermano en la mayoría de clases.
No respondí. No quería seguir con esa conversación. Podía notar sus ojos fijos en mi. Luego ya no. Cuando quise darme cuenta Guideon había desaparecido y el timbre marcaba la hora del almuerzo.
Todos los alumnos llenaban el pasillo para ir a la cafetería, así que esperé un poco.
Cuando llegué había un gran círculo en medio de la cafetería.
Rezaba para que Jeff no se hubiera metido en otra pelea.
Me hice paso entre los alumnos que gritaban pelea, y fue entonces cuando me di cuenta de la situación. Me metí directamente en la pelea, y por ello conseguí llevarme un puñetazo en el brazo.
- Ian, ¿qué demonios estás haciendo? - le grité a mi hermano, al que le sangraba la nariz.

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